En el mes de julio se han cumplido mil años desde la constitución del Reino de la Taifa de Almería por Jairán-el-Amiri. El oficial del ejército de Almanzor reunió un ejército y cercó las murallas almerienses durante 20 días, después tomó la Medina y finalmente la Alcazaba. Se proclamó rey en julio de 1014.
Fue entonces, en el arranque del siglo XI, la época de mayor esplendor de la Almería musulmana. La ciudad se convirtió en la capital de uno de los reinos de taifas que se formaron tras la crisis del Califato. Su paz y prosperidad, en un periodo de guerras internas generalizadas, actuaron de imán para multitud de habitantes de otros reinos. Almería llegaría a albergar a 30.000 personas (una cifra considerable para esta incipiente época medieval) y dominar gran parte del Mediterráneo occidental, lo que le granjeó el nombre de Puerta de Oriente y la convirtió en una gran ciudad comercial.
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